Empezaremos por algo de historia para así entender que el sol ha estado siempre ahí y que no es ese gran culpable que nos quieren hacer creer. Para los antiguos griegos y romanos, Apolo, Dios de la medicina, la curación, del sol y la luz, podía traer enfermedades pero también curación. Con su carro de fuego, se abría camino a través de los cielos para llevar la luz que daba vida al planeta. Preparar la piel para el sol es clave para conseguir un bronceado perfecto y duradero. La piel debe estar curtida y fuerte y ha debido ser tratada durante todo el año con productos de alta calidad (básicamente aceites e hidrolatos crudos) que la hayan ido preparando, regenerando y fortaleciendo. Esto es imprescindible para todos, pero en especial para los fototipos más claritos enfocándonos hacia la exposición solar.

Parece que hemos pasado de un extremo a otro

La mayoría de estudios científicos hablan de efectos tanto beneficiosos como perjudiciales del sol, es decir, nos enferma y nos cura, debemos exponernos, pero con cuidado, lo necesitamos para sintetizar vitamina D pero nos avisan de los daños de esa exposición. Recomiendan ponernos protectores solares desde que nos levantamos, que bloquean e impiden que sinteticemos esa vitamina, bastante confuso, ¿no?. Es por eso, que el mensaje que esas organizaciones nos envían sobre la exposición solar y su relación con la aparición de manchas y envejecimiento prematuro o de desarrollar cáncer de piel, ha generado que hayamos dejado de exponernos a la única fuente de vida que necesitamos realmente para vivir en perfecto estado de salud, EL SOL. Algo lógico si sólo tenemos un lado de la información.

Pero, ¿qué pensaríais si en lugar de aconsejarnos evitar la exposición solar y de cubrir nuestra piel con protectores solares, nos aconsejaran pasar más tiempo libre bajo el sol y sin utilizar protector solar para preservar la belleza de nuestra piel y prevenir enfermedades­?

“Debidamente aireada e iluminada por el sol, la piel se vuelve aterciopelada, flexible, absolutamente inmune a cualquier agresión externa y sin temor a ser dañada y vulnerable a infecciones, acné u otro tipo de desequilibrios. El sol es el mejor cosmético, ya que la piel en respuesta a los baños de sol, se vuelve firme y fuerte, pero al mismo tiempo delicada y suave.  El resultado es, una mayor belleza”. Este consejo se encuentra en Sunlight and Health, y fue escrito por un médico inglés en 1929.

Establecer el límite entre la salud y enfermedad cuando nos exponemos al sol, es un tema que hoy en día nos genera mucha confusión e incertidumbre, por lo que vamos a intentar poner algo de calma ante tanto desconcierto.

Es cierto que el sol puede provocar quemaduras y daños en la piel, dejar salir las manchas que ya tenemos formadas (aquí hay que hacer un inciso y decir que el sol sólo hace visibles las manchas que ya tenemos bajo la piel), y envejecer la piel antes de tiempo. Sin embargo, eso no significa que tengamos que ser drásticos y decidir exponernos todo o nada, ya que si hacemos una exposición consciente podremos tener una relación sana con el sol y beneficiarnos de esta fuente de vida, sin dañar la piel o preocuparnos por desarrollar un melanoma.

Lo que en realidad tu piel necesita

Empecemos por decir, que la piel fue creada para interactuar con el sol. Si no, ¿por qué iba a ser creada con receptores de luz solar al igual que en los ojos y el cerebro?. La piel es mucho más que algo meramente estético o el vestido con el que cubrir el cuerpo. De hecho estamos seguras, de que aún hoy, no sabemos la totalidad de funciones que tiene y de lo importante que es.

Gracias a esos receptores, la piel absorbe y transforma la luz solar en energía para nuestras células, en melanina para crear una barrera de protección natural, y otras muchas funciones como la vitamina D, esencial para la mayoría de funciones de nuestro cuerpo. También nos permite poder activar la formación de colágeno, indispensable no sólo para prevenir arrugas o flacidez, sino para formar parte de la estructura de huesos, cartílagos, tendones, dientes, uñas y otros órganos.

Para poder entender cómo la piel interactúa con el sol, es importante conocer los tipos de luz solar que existen y en qué momento es más importante la exposición a ellas. Las frecuencias de la luz natural del sol se encuentran en total equilibrio, cambiando a lo largo del día para los diferentes procesos biológicos que necesita nuestro cuerpo y nuestra piel.

Uno de esos momentos, es el amanecer, cuando la luz roja e infrarroja, se encuentran en su mayor concentración. Es en este momento del día donde nuestra piel forma ÁCIDO UROCÁNICO, una sustancia capaz de absorber la radiación ultravioleta y de actuar como un protector natural. Por lo tanto, el hecho de exponer la piel a la luz del amanecer, la prepara para exponerla a la luz ultravioleta y que ésta no pueda dañarla. Siempre por supuesto, dentro de una exposición consciente. Esta combinación de luces, además:

  • regula nuestro reloj biológico y ritmo circadiano
  • enciende el eje hipotálamo e hipófisis que regula la producción de hormonas
  • disminuye la melatonina y eleva el cortisol
  • convierte la tirosina en hormonas tiroideas
  • el triptófano en serotonina
  • la histadina en histamina

Aunque todas estas funciones parecen no tener ninguna relación con el tema que estamos tratando, la tienen y mucho, ya que la piel es un órgano íntimamente relacionado con todo el resto del cuerpo, y cualquier desorden o desequilibrio en el cuerpo, se verá manifestado en ella.

Preparar y curtir la piel

Decimos adiós al invierno, en el que nuestra piel ha tenido un contacto con el sol nulo o moderado, y una vez llega la primavera y todavía más el verano, queremos lucir una piel bronceada y sana, sin quemaduras ni sorpresas indeseadas.

1* El primer dato importante que te aconsejamos, tal y como te indicábamos, es que debes comenzar a tomar el sol desde ya, unos minutos por la mañana y unos minutos al atardecer, cuando el índice de U.V. es bajo y encontramos luz  roja e infrarroja, magníficas, entre otras, para que la piel vaya formando la capa de melanina, tan necesaria para evitar la aparición de manchas y luchar contra los radicales libres. Conforme la piel se vaya curtiendo, es decir, tengas un poquito de tono, la piel esté bien hidratada y notes que recibe el sol como una bendición, podrás ir subiendo, poco a poco el tiempo de exposición, siempre a estas horas y poco a poco. Conforme avanza la primavera, el índice de radiación solar aumenta, por lo que debes prepararla previamente de esta manera.

2* Limpieza y eliminación de toxinas

Este tipo de higiene profunda de la piel requiere una sauna suave, extracción de comedones (puntitos negros) y exfoliación. Si vives en Zaragoza, Madrid o alrededores puedes solicitar cita con nosotros, este tratamiento específico se llama ceremonia higiene detox y es maravillosa porque no es invasiva, no utilizamos vapor, no realizamos extracciones que puedan dañar la piel y conseguimos: eliminar comedones, células muertas, elevar la cantidad de oxígeno en la piel considerablemente, depurarla, revitalizarla y que luzca saludable y rejuvenecida. Nos encanta para tratar la piel asfixiada, tono cetrino o grisáceo, con poro dilatado, granos internos, signos de envejecimiento prematuro y circulación deficiente.

Si no puedes venir a vernos, te proponemos algo más sencillo, un peeling que puedes hacer en casa lo en casa de manera casera y tranquilamente, como te explicamos a continuación

3*Alimentación e hidratación

Tan importante es prepararte desde fuera con los mejores productos para la piel, como desde dentro. La alimentación es fundamental a la hora de mantener, no sólo la piel, sino todo el organismo lo más libre posible del proceso oxidativo que se produce a diario. Los expertos aconsejan introducir en la dieta alimentos frescos como verduras y frutas de temporada, ricos en vitaminas y betacarotenos y beber agua e infusiones para mantener tu cuerpo bien hidratado. También puedes aprovechar para hacerte una depuracion via interna con hidrolatos, es suave pero eficaz y muy aconsejable en primavera.

Momento Peeling

Desde Oshadhi te proponemos un ritual de belleza que te ayudará a lucir un bonito tono satinado al tiempo que cuidas tu piel. Además, este tratamiento hidratante y nutritivo al mismo tiempo, aporta una dosis extra de vitaminas, estimula tu colágeno, elastina y ácido hialurónico natural, la mantiene limpia, la regenera y con un aporte totalmente natural de anti-oxidantes.

Tres son los pasos a seguir.

1* Exfoliante facial y corporal.

El primero, consiste en la realización de un peeling corporal y facial una vez cada 7-15 días.

Para elaborarlo necesitas los siguientes ingredientes y proporciones:

– 1 cuchara sopera de azúcar de caña natural.

– ¾ Cuchara sopera de Aceite vegetal de Germen de Trigo natural de Oshadhi. 

– ¼ Cuchara sopera de Hidrolato de Salvia Esclerea de Oshadhi.

– 3 gotas de Aceite Esencial de Zanahoria de Oshadhi.

Una vez puestos todos los ingredientes en un cuenco de cristal lo removemos hasta conseguir la unión de todos los elementos.

2* Aplicación del exfoliante

Pasamos al segundo paso que consiste en la aplicación del producto. Sobre la piel mojada aplicamos el peeling realizando un suave masaje circular por el cuerpo y la cara, nunca con movimientos de presión. Después aclaramos con agua las zonas tratadas para eliminar los restos del producto.

3* Calmar e hidratar

Por último, con el fin de que el tratamiento dure el máximo tiempo posible, vaporizamos por cara, cuello y escote unas gotas de Hidrolato de Salvia Esclerea y nutrimos con el aceite facial correspondiente.

Un protector solar muy natural. La protección NIVEL 1

Estos tres aceites faciales te los proponemos para una protección de nivel I, es decir, hacer frente a las distintas actividades diarias y rutinarias, sin exposición solar intensiva ni con índice UV alto, únicamente los rayos solares que puedas tomar en los distintos desplazamientos a pie o exponerte al sol estos minutos al punto de la mañana o al atardecer.

Estos aceites faciales son una alternativa a los protectores solares convencionales (filtros físicos o químicos), sin textura crema, tal y como la naturaleza nos cuida de los rayos del sol. Son aceites nutritivos e hidratantes que te ayudarán con la prevención y el tratamiento de las manchas de la piel.

1-Aceite Facial de Jojoba al Sol si tu piel tiende a normal-mixta

2-Aceite facial Bronceado de Seda para piel que se encuentra normal-seca

3-Aceite Facial Jojoba de Zanahoria, si tu piel ahora mismo tiene una tendencia mixta-grasa

Selección uno de los tres y para conseguir un mejor resultado recomendamos aplicarlo, sobre la piel limpia y humedecida con uno de los siguientes hidrolatos específicos para el tratamiento y la prevención de pigmentos en la piel:

Nuestro consejo es que mezcles tu aceite facial con un cóctel de aloe para aportar la molécula de agua, luminosidad y elasticidad a la piel. Elige el aroma que más te guste (rosa, hamamelis, árbol de té, lavanda, loto, neroli o menta).

Si estás muy preocupad@ por las manchas añade 0,5-1 gota de Aceite vegetal Buriti, es un aceite rico en vitamina A y C que le aportan un precioso color anaranjado y que nos encanta para “la buena cara”. La propuesta es añadirlo como aceite complementario a tu tratamiento hidratante-nutritivo y de protección de la mañana. Complementa, de acuerdo? No es un aceite facial en sí mismo.

En la 2ª parte te hablamos de como prepararte un protector para la piel para una exposición más intensa, es decir, protección NIVEL 2.

No obstante, si tienes cualquier consulta dirígete a tu punto de venta habitual, a nuestra sede de Zaragoza o envíanos un email a consulta@oshadhi.es para que uno de nuestros técnicos pueda aclarar tus dudas.

Autora: Eva Bouzas-Ros – Aromatóloga

Con la colaboración de Mar Muñoz- Cosmétologa

Fuentes:

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18414615/

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17687428/

https://www.nytimes.com/2004/07/20/health/i-beg-to-differ-a-dermatologist-who-s-not-afraid-to-sit-on-the-beach.html

The Sun and the “Epidemic” of Melanoma: Myth on Myth!, el Dr. Bernard Ackerman, el padre fundador del campo de la dermatopatología (el estudio de las enfermedades de la piel), afirmó que “no hay prueba alguna de que la exposición al sol causa melanoma”.