El Aceite Esencial auténtico obtenido de las agujas de Abeto es conocido por ser un aceite esencial bastante versatil por un lado, purifica y elimina patógenos de la atmósfera y del sistema respiratorio y por el otro, calma el sistema nervioso.
Botánica e historia
El árbol Abeto es resinoso, de hojas verdes y perennes y le gusta crecer en tierras frías. Para evolucionar, debe desarrollar una gran fuerza vital y así afrontar inviernos largos y heladores. Sus zonas favoritas de habitat van desde las montañas altas de Francia, España o el centro de Europa hasta Canadá y la franja Siberiana.
¿Lo visualizas?, es el árbol que utilizamos para la decoración de Navidad, una tradición que nos acompaña desde el siglo XVII.
Tradicionalmente, su resina, ha sido utilizado por los indios norteamericanos con propósitos religiosos y medicinales y por sus usos aromáticos para refrescar el aire y desinfectar. En Europa, el Árbol Abeto simboliza la victoria de la luz sobre la oscuridad coincidiendo con nuestro solsticio de invierno.
Entendamos el por qué de sus propiedades
En general, con todos los abetos nos encontramos con aceites esenciales ricos en monoterpenos, unos componentes bioquímicos que encontramos en su natural composicion con propiedades como potentes desinfectantes atmosféricos y descongestivos de las vías respiratorias, y ésteres, antinflamatorios y calmantes del sistema nervioso.
Aceite esencial de Abeto blanco o plateado (abies alba)
Extraido de manera organica de las agujas verdes (hojas) de abetos en las altas montañas de Francia. Entre su composición bioquímica mayor encontramos limonene, alpha-Pinene, Camphene, Santene, beta-Caryophyllene
Aceite esencial de Abeto Douglas (pseudotsuga menziesii)
Extraido de manera silvestre de las aguas verdes (hojas) de este tipo de abeto procedente de altas montañas en Francia. Entre sus composición encontramos alpha- & beta-Pinene, Sabinene, Terpin-olene, delta-3-Carene