Hoy te queremos explicar las características de una Manteca de Karité 100% pura y sin refinar, como es la de Oshadhi.es.

Hoy os la queremos recomendar para pieles secas y deshidratadas por el frío.

Encontramos en el mercado la Manteca de Karité refinada o en ocasiones, pura. Un proceso de refinamiento unifica el producto, su textura no cambia de acuerdo a la temperatura dándole un aspecto uniforme, aclarando el color o eliminando su característico olor, y por supuesto mermando sus propiedades.

La Manteca de Karité en su estado puro y natural, es aquella cuya textura cambia de acuerdo a la temperatura, en verano con el intenso calor se convierte en un aceite, y en invierno se solidifica. Sí, es sólida, pero bastará con entrar en contacto con tu calor corporal para fundirse entre las palmas de tus manos. Puedes ayudarte de un palito de naranjo para cogerla del envase. Al igual que en la miel pura o el aceite virgen extra, este cambio de textura es un buen indicador de su excelente calidad.

Su alto poder hidratante y nutritivo hace que esté especialmente indicada para aquellas zonas que tienden a secarse más como son las manos, pero también para los codos, pies y talones. Y sin olvidarnos de los labios agrietados, pues podéis utilizarla como un bálsamo labial.

La manteca de karité proviene del árbol karité, un árbol que puede llegar hasta los 15 metros de altura, que crece en África central y que puede vivir hasta 3 siglos. La manteca se extrae de sus frutos, en este caso, de las nueces.

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En su estado puro, en frío, es como una “pasta” de mantequilla (de ahí el nombre que se le da al karité de “Árbol de Mantequilla”) que se derrite en contacto con el calor de las manos. Por ello su utilización es muy sencilla, basta con colocar un poquito en la mano, calentar y extenderla dando un ligero masaje en la zona deseada.

Oshadhi España dispone de manteca de karité en formato puro y natural. Y además, este producto, se encuentra presente en la línea de bálsamos de Oshadhi: Clear Skin Balm, Beauty balm y Bálsamo Labial, elaborados a base de manteca de karité.

En el mercado podéis encontrar dos tipos de #MantecaDeKarité, la refinada y la natural.

Os recomendamos que compréis siempre la natural, su aspecto es amarillo y algunos lotes traen un poquito de granulado, su olor es intenso en determinados casos, recordando a la nuez de la que proviene, pero no es desagradable. Otra de las características de este producto en estado natural, es que su textura cambia de acuerdo a la temperatura, en verano con el intenso calor se convierte en un aceite, y en invierno se solidifica.

Al igual que en la miel pura o el aceite virgen extra, este es un buen indicador de su excelente calidad, el cambio de textura no modifica sus propiedades.

Esta es la verdadera manteca del Karité, la que repara en profundidad y nos protege de la sequedad. La podemos utilizar para reparar zonas de la piel muy dañadas, como pueden ser pies, manos o codos, o incluso para nutrir en profundidad la piel de todo el cuerpo.

¿Conoces otros usos de la manteca de Karité?