Sensual, fresco, chispeante, cálido, relajante…, son palabras utilizadas en el mundo de los perfumes para atraer la atención de los consumidores pero bajo estas palabras se esconden hasta 3000 compuestos que no sólo aportan el aroma, sino que además, logran que sea duradero y adictivo. Hasta aquí, podríamos decir que no hay nada de malo en ello, pero, ¿si te dijera que de detrás de esos 3000 compuestos se esconden un sinfín de sustancias tóxicas, como es el caso de los ésteres de ftalatos y almizcles sintéticos?

Para localizarlos debes dirigirte al listado de ingredientes de un perfume y buscar el ingrediente: Parfum o Fragance

Salvo que se indique lo contrario cuando en el INCI aparece Parfum o Fragance es de origen sintético o artificial ya que si fuese natural se indicaría con un asterisco como *procedente de aceites esenciales o *procedente de fuentes naturales.

Alergénicos: existen numerosos estudios que indican la capacidad alergénica de estos Parfums. Esta alergia no solo se limita a dermatitis de contacto o alergia ocular sino que pueden llegar a producir asma y migrañas.

Sensibilidad química múltiple (SQM): de hecho, un contacto repetido y continuado con estas fragancias puede producir una nueva y grave enfermedad como es la sensibilidad química múltiple.

Enfermedades más graves: existen otros estudios que los relacionan con: Cáncer, Problemas pulmonares y/o Neurotoxicidad. Muchas de esas sustancias son DISRUPTORES ENDOCRINOS relacionados con el desarrollo de cáncer de órganos hormono-dependientes (como el cáncer de mama), problemas de nacimiento y otros problemas de salud crónicos.

Un estudio científico,  concluyó que el 75% de sustancias escondidas tras la palabra fragancia son tóxicos relacionados con daños crónicos para la salud.

Problema ecológico: su estabilidad química y su carácter lipófilo hacen que sean acumulables por lo que se convierten en un verdadero problema ecológico.

Si pensamos en la química como ciencia, podríamos decir que vive en un eterno dilema, entre si sus creaciones nos posibilitan grandes avances y si esos avances son beneficiosos para los seres vivos, incluido el planeta, ya que muchos de esos avances, pueden ser peligrosos y amenazar la salud.

 El uso de nuevas sustancias químicas se ha ceñido siempre a la famosa máxima de Paracelso: “Solo la dosis hace el veneno”. Pero la premisa básica de la toxicología tiene un problema: no es nada sencillo calcular a partir de qué dosis una sustancia pasa a ser peligrosa.

¿Te has parado a pensar cuántas veces al día usamos o estamos expuestos a esas sustancias? Porque sí, puede que usarla solo una vez, no suponga un riesgo para la salud, pero ¿quién hace eso?

Hace poco más de dos años, los científicos Philippe Grandjean, de la Universidad de Harvard, y Philip Landrigan de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, publicaron un polémico artículo en “The Lancet Neurology”, que acaparó la atención de muchas personas. En ella aseguraban que la humanidad se enfrenta a una “PANDEMIA SILENCIOSA”, causada por un conjunto de neurotoxinas, capaces de alterar el correcto desarrollo del cerebro humano.

Es cierto que aquí se habla de todas las sustancias toxicas a las que estamos expuestos a través del medio ambiente, pero no podemos dejar a un lado a las que nos exponemos nosotros mismos a través de los cosméticos y en especial, los perfumes y ambientadores caseros.

Almizcles sintéticos, sobre todo los almizcles policiclicos galaxolide (HHCB) y tonalide (AHTN), y algunos ftalatos, especialmente el dietil ftalato (DEP), se utilizan ampliamente en la industria del perfume. La exposición diaria a estas sustancias, ha sido identificada como contaminante de la sangre e incluso de la leche materna.

El dietil ftalato (DEP) es uno de los muchos ésteres de ftalato de uso común. Se utiliza en una amplia variedad de productos cosméticos y otros artículos de cuidado personal, como disolvente, vehículo de fragancias y desnaturalizador de alcohol. Éstos además se utilizan como plastificantes, y son los responsables de que el aroma dure mucho tiempo y se mantenga más tiempo en la piel. Este tipo de sustancias son absorbidas y metabolizadas rápidamente por nuestro organismo, transformándose en dimetil ftalato y circulando por la sangre todo el tiempo sin llegar a eliminarse, ya que no se acumula en los tejidos.

Son causantes de muchas alteraciones y problemas de salud, siendo la más destacable su relación con la infertilidad pero también con partos prematuros o la aparición de defectos en órganos genitales, entre otros. Ya lo sabes, si el olor de tu perfume dura todo el día, incluso después de ducharte y de lavar la ropa… no es gracias a los perfumistas que lo formularon, sino a los ftalatos.

Los almizcles sintéticos son compuestos aromáticos artificiales que se usan en lugar de los almizcles naturales, ya que son mucho más baratos y que no solo están presentes en los perfumes, también en detergentes, ambientadores, cremas de manos y jabones. Es la de aportar la base aromática para el resto fragancias utilizadas para elaborar un perfume. También la de fijar el olor para que esté permanezca más tiempo.

Estos almizcles tienen serios problemas para la vida en nuestro planeta, ya que, no solo son persistentes en el medio ambiente, acumulándose en arrecifes y en la atmósfera y degradándose muy lentamente, sino que también se pueden acumular en los tejidos de seres vivos.

Cada vez hay más evidencias de que algunos nitroalmizcles y almizcles policíclicos, como los que se utilizan en perfumes, son capaces de interferir en el sistema hormonal de peces, anfibios y mamíferos y pudiendo incluso, incrementar los efectos de otras sustancias químicas. También se les relaciona con algunos problemas ginecológicos en mujeres, debido a su actividad estrogénica.

Otro de los compuestos utilizados en los perfumes es el tolueno. Este hidrocarburo es una materia prima con muchísimas aplicaciones industriales, además de los perfumes en los que se utiliza como diluyente, se utiliza para la elaboración de poliuretano, medicamentos, colorantes, dinamita y detergentes. También se utiliza como aditivo en los combustibles. La exposición a grandes concentraciones puede provocar afecciones en el sistema nervioso de la persona.

Por si fuera poco, sus efectos no solo afectan a la piel, sangre, sistema hormonal o reproductivo ya que muchas de esas sustancias son volátiles, es decir, se trasmiten por el aire y penetran por nuestra nariz a la cavidad nasal, y son captadas por el epitelio olfatorio donde se encuentran millones de células receptoras. Esta zona de nuestro cerebro influye en nuestros comportamientos, aunque siempre de manera subconsciente.

Éstas, son las encargadas de llevar los mensajes a los bulbos olfatorios del cerebro. Cuando las sustancias que penetran a través de nuestra nariz son tóxicas, son capaces de producir alteraciones en nuestro sistema nervioso, alteraciones en el desarrollo y el sueño, irritabilidad, falta de concentración, hiperactividad… incluso los trastornos del desarrollo neuroconductuales como, el autismo o el TDAH

 

El olfato es un sentido poco valorado, que puede cambiar inmediatamente nuestras emociones. Aunque cueste creerlo, es el sentido más sensible que tenemos, ya que la conexión cerebral ocurre de manera inmediata. Aunque a día de hoy sigue siendo difícil saber con exactitud los problemas que causan este tipo de sustancias, pensemos en que, si inhalar una sustancia buena, como es el caso de los aceites esenciales, puede provocar cambios en nuestro estado de ánimo y en nuestras emociones, ¿Qué no podrá hacer una sustancia tóxica?

En contraste con las fragancias convencionales las Eau de Toilette de Oshadhi son menos invasivas y pesadas. Sus aromas  nos conectan de nuevo con la naturaleza, alejándonos de lo sintético. Nuestros perfumes están elaborados con ingredientes 100% puros y naturales de acuerdo a las propiedades vibracionales que tienen los propios aceites esenciales beneficiándonos además del aroma, de sus inconmensurables propiedades.

Recuerda que disponemos de un departamento técnico al que puedes dirigir tus consultas de belleza con Aromaterapia Oshadhi:

consulta@oshadhi.es

Autora: Mar Muñoz- Cosmétologa

Con la colaboración de Eva Bouzas-Ros – Aromatóloga

REFERENCIAS 
  • “The Lancet Neurology”, artículo publicado por los científicos Philippe Grandjean, de la Universidad de Harvard, y Philip Landrigande la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí.
  • “Primavera silenciosa”, libro de la bióloga marina Rachel Carson. 
  • Artículos relacionados de la revista Breast Cancer Prevention Partners”.
  • Páginas de web de divulgación científica: