El origen del Nardo

El Nardo Jatamansi o Spikenard es originario de la “Sede de los dioses”, el Himalaya, y desde hace miles de años, es una de las esencias sagradas más conocidas tanto por sus propiedades espirituales como medicinales.

Su nombre latino es Nardostachys jatamansi, la planta es originaria de las regiones húmedas del Himalaya y crece en zonas salvajes de Nepal como Bután y Sikkim, regiones montañosas de entre 3000 y 5000 mts. de altura. Aunque también se encuentran otras variedades de Nardo en China y Japón.

El nombre «Jatamansi» significa «otorgador de vida» en sánscrito e indica cuánto se ha apreciado esta maravillosa planta medicinal y su aceite esencial en la farmacopea etnobotánica ayurvédica de la antigua India. Se le relaciona con la valeriana ya que pertenece a la familia botánica, las Valerianaceae, y se asemeja hasta cierto punto a la valeriana india en cuanto a fragancia y efecto. El nardo es una hierba perenne con una fuerte y amaderada raíz y un largo brote de 10-60 cms. de altura.

Destilación, química y perfumería

El aceite esencial de Nardo Jatamansi de Oshadhi, se obtiene de la destilación de la raíz de la planta recolectada de manera de silvestre en Nepal bajo estrictísimos permisos de las autoridades competentes, pues la sobre-explotación provocó su casi total desaparación hace unos años. La destilación es lenta y a baja temperatura con motivo de preservar al máximo las propiedades del preciado aceite esencial y se obtiene con las raicies trituradas y secas de la hierba.

En cuanto a su producción, 100 kg de la planta producen tan sólo 1 litro de aceite esencial.

Los principales ingredientes químicos son bornylacetate, valeranone, jonon, tetramenthyloxatriccylodecanol, menthylthymyl-ether and 1,8-cineol. El aroma se puede describir como terroso y especiad0 con una nota cálida. Combina bien con lavanda, limón, salvia, neroli, pachoulí y vetiver.

Una planta conocida como sagrada en la antigüedad

El nardo se considera sagrado desde la época de Hammurabi (2000 aC)  en la que se usaba para los rituales tal y como se describe en los Cantos de Salomón, y donde quedaba reservado únicamente a reyes, sacerdotes e iniciados. En el Nuevo Testamento encontramos textos acerca de la unción a Jesús por María Magdalena antes de la Última Cena. Era una antigua costumbre, honrar a los invitados eminentes ungiéndoles la cabeza y los pies con Nardo Jatamansi como testimonio de la alta estima que se tenía en esas culturas hacia este aceite esencial.

Su aroma se apicaba para aliviar el miedo y la ansiedad y preparar el cuerpo para el entierro. El valor de este precioso aceite podría compararse con los ingresos anuales de una persona de nivel medio en ese momento. Más tarde, también se utilizó como valioso componente en productos de belleza y perfumes en sinergia con otros aromas florales destinados a mujeres ricas en el Antiguo Egipto y Roma, por ejemplo. Las antiguas rutas comerciales pusieron el aceite esencial a disposición de los diferentes países del mundo de aquellos días.

Los aceites esenciales consisten en moléculas muy pequeñas que otorgan poderes curativos en los niveles más profundos de nuestro cuerpo físico y nuestra conciencia. En virtud de su complejidad estructural y elaborada naturaleza, estas sustancias con su carácter volátil son adecuadas para cumplir múltiples funciones con sólo inhalar su fragancia o aplicar el aceite esencial en la piel.

Usos recientes

Las experiencias y la investigación sobre el nardo muestran evidencia en cuando a sus propiedades terapéuticas antiinflamatorias, antisépticas, antipiréticas, calmantes, sedantes, laxantes y tónicas.

El aceite esencial de nardo también revela efectos antiespasmódicos, tiene fuertes efectos curativos en caso de epilepsia y es capaz de ralentizar los latidos del corazón, fortalecerlo, compensar la arritmia y regular las condiciones circulatorias, lo que significa que tiene capacidades hipotensoras especialmente cuando se combina con el aceite esencial de Ylang-Ylang (cananga odorata). Además, equilibra el sistema hormonal y ayuda con los trastornos estomacales.

El aceite esencial de Nardo Jatamansi despliega cualidades calmantes dentro del sistema nervioso que se asemejan al aceite esencial de Valeriana, pero más profundas. Por lo tanto, también aquellos que sufren insomnio pueden encontrar alivio. Además, todos los órganos, incluido el tracto digestivo, se equilibran a través de la actividad y los poderes curativos de esta hierba.

Kurt Schnaubelt, en el libro Advanced Aromatherapy escribe del Nardo Jatamansi: “La aplicación externa del aceite frotado sobre el corazón o el plexo solar, proporciona el efecto sedante deseado. Este aceite tiene una clara afinidad a través de la piel y es uno de los pocos aceites que tienen efecto contra la caspa «.

Una planta equilibrante y calmante

El Nardo está dotado con propiedades calmantes y sedantes, especialmente a nivel psicológico. Es capaz de estabilizar el sistema nervioso y regenerar la mente después de un agotamiento extremo. Es una gran opción en caso de tener que requerir firmeza interior.

Este aceite espiritual es capaz de crear una interacción entre el aspecto físico y psicológico del ser humano, lo que lo convierte en una opción privilegiada para alcanzar niveles más profundos de conciencia durante la meditación y  perfecto para encontrar el equilibrio en nuestra vida y en nuestro camino espiritual, ya que el aspecto raíz de la planta nos ayuda a mantener los pies anclados en el suelo mientras que el aroma eleva al alma para volver a su fuente divina.

Baño relajante para volver a conectar con la tierra

Lydia Bosson en su libro L’Aromathérapie Énergétique (Aromaterapia energética) nos deja esta receta para aquellos que se sienten sin conexión con la tierra y ansiosos. Toma un baño caliente y agrega al agua una taza de leche, una cucharada de miel y de 5-8gotas de aceite esencial de Nardo Jatamansi. Sentirás instantáneamente el efecto calmante de la tierra y edificante de este aceite sagrado.